martes, 25 de octubre de 2011

Revocatorias desde el poder

En su sabatina, el presidente ecuatoriano Rafael Correa planteó a la sociedad del cantón Portoviejo (Manabí) la revocatoria del mandato de su alcalde. ¿Es eso posible? Veamos:

1. La revocatoria del mandato es un mecanismo de ejercicio de la democracia directa que se suma al referendo y a la consulta popular. Estas tres posibilidades son las únicas en términos de ejercicio directo del poder. Por su ilegitimidad se descartan las formas violentas de presión al poder político y/o de sustitución de sus detentadores democráticamente electos.

2. La revocatoria, el referendo y la consulta popular han sido consideradas como herramientas exclusivas para el uso de los ciudadanos. Eso es necesario porque los detentadores del poder ya gozan de atribuciones que les son propias para el ejercicio de sus cargos. Para compensar la diferencia entre estos y los ciudadanos éstos últimos disponen de una facultad especial de iniciar procesos que les permitan penetrar en los espacios de este mismo poder para reformular sus decisiones.

3. Sin embargo en Ecuador jamás la ciudadanía ha convocado a un referendo o una consulta popular. Curiosamente desde 2008 las revocatorias son la moda, mientras que desde 1998 no hubo experiencias –ni fallidas ni exitosas– de convocatoria. Casi en todos los periodos presidenciales desde el retorno a la democracia se convocó por lo menos a una consulta popular, a excepción del periodo de Rodrigo Borja (1988-1992). Solamente en el actual gobierno (2006) se ha convocado en tres ocasiones a consultas en menos de cinco años (2007, 2008, 2011) lo que demuestra que en este país la democracia directa no es directa ni es ciudadana.

4. Lo mismo sucede con la revocatoria del mandato. Este es un mecanismo para terminar anticipadamente con el encargo político atribuido a una persona para el ejercicio del poder. Entonces se trata de una herramienta de ejercicio inverso en donde las personas que dieron un mandato representativo tienen la misma capacidad de quitarlo. Esto no funciona para la revocación de autoridades representativas a sí mismas. Un presidente no puede impulsar un proceso de revocatoria de otra autoridad representativa porque ambas están en el mismo rango de legitimidad electoral. No importa si hablamos de un representante local frente a uno nacional porque la representación no se cuenta en votos. Los representantes no pueden estimular procesos de revocatoria de otras autoridades porque el encargo de ejercer el poder no llega a estos márgenes.

El presidente Correa amenaza a todo el mundo. Es parte de su estilo de gobierno. Se siente el único legitimado por el voto popular. Los asambleístas, en un proceso de “muerte cruzada”, los alcaldes, prefectos, concejales, consejeros, presidentes de juntas parroquiales y sus delegados no pueden ser revocados sino sólo por sus propios votantes. Por nadie más. El presidente Correa puede revocar el encargo de sus ministros y de sus subalternos porque fueron escogidos por él mismo, pero no puede deshacer en democracia lo que fue hecho bajo la fórmula de la legitimación electoral. Tampoco puede decir que no dará dinero a ciertos municipios como el portovejense (no dará 20 ctvs. ha dicho) porque los fondos públicos no son su dinero y porque es una responsabilidad no discrecional darlo. Al contrario, emplear fondos públicos con criterios particulares se llama peculado. Él puede ser muy popular pero eso no le atribuye para hacer lo que no le está autorizado.

gahidalgo@flacso.org.ec

Twitter: @ghidalgoandrade
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